Actitud Creativa SEEL
Seel es la versión ilustrada - e ilustradora, ¡obvio! - de Silvana Baylac, una chica de ojos transparentes y chisposos. Tiene mucha energía, mucho movimiento. "Vos preguntame lo que quieras", me dice ni bien la encuentro. Y después tira frases como "estoy enamorada de la goma", así nomas, sin previo aviso.
¿Saben qué me paso mientras armaba su nota para el blog? Tuve que hacer una pausa para agarrar mis acuarelas. Hacía siglos que no las usaba, pero me moría de ganas. Las encontré y me puse a dibujar y a colorear con ellas.
Eso es lo que genera la energía de Seel: te sacude y te contagia. Y creo que uno de sus trucos, queriendo o sin querer, es el humor. Se ríe de si misma, hace chistes con lo que la rodea y no le da cabida a los bloqueos. Su #ActitudCreativa es pura acción.
Eso es lo que genera la energía de Seel: te sacude y te contagia. Y creo que uno de sus trucos, queriendo o sin querer, es el humor. Se ríe de si misma, hace chistes con lo que la rodea y no le da cabida a los bloqueos. Su #ActitudCreativa es pura acción.
¿Cómo empieza tu recorrido como ilustradora?
De chiquita me mandaron a dibujo y lo hice, creo, durante 5 años. Después, el tipo de escuela que seguíamos se volvió un poco formal y aburrido... esa cosa de jarrón, carbonilla, el dibujo que no está tan bueno cuando sos niño. Entonces abandoné, porque era más una carga que una actividad que disfrutara. Después, de grande, estudié tecnicatura audiovisuales, que es un invento medio raro, era muy abarcativa, vos podías hacer un poco de radio, un poco de tele, un poco de diseño gráfico. Para mí es una carrera insuficiente y terminé siguiendo mi formación de manera independiente, con seminarios, cursos y cosas así. Ahí me fui nutriendo la parte gráfica de la cual carecía y que me encantaba.
¿Por qué volviste a dibujar?
Martín, mi novio, hacia radio. Yo soy medio desordenada y me dije "cada vez que escuche el programa, voy a ordenar". Creo que me duró un día nomas, y el fin de semana siguiente me dije "no, en ese tiempo voy a dibujar". Veía muchos blogs extranjeros de ilustración, muchos dibujos que no era perfectos, en que no se veían cosas armónicas, eran más raras y experimentales, y eso me dejaba muy ávida de dibujar. Entonces, escuchaba el programa y dibujaba, ahí me formé el hábito. Después empecé a subir mis dibujos en flickr y a publicar en el blog. Ahí descubrí una red de blogueras, con feedbacks, comentarios, empecé a relacionarme ya como ilustradora, y de a poco me empezaron a encargar cosas.
Vos ahora también pintas. ¿Qué se siente al cambiar de herramienta creativa?
Está buenísimo cambiar de herramienta, es algo que quiero seguir haciendo. Igual, tuve la suerte de ya haber empezado con la acuarela, que es la que menos perdona. Entonces, con la pintura, dentro de todo, es más fácil. Porque vos pintas una raya azul con acuarela y esa raya azul quedó para siempre. Con acrílico, arreglas, arreglas, arreglas, lijas, arreglas. Creo que si hubiese sido al revés no sería tan cómodo. Capaz ahí tiras más papel, y tirar más papel es frustrarse más.
¿Cómo manejas la relación prueba y error en lo que haces?
A mi algo que me pareció una epifanía fue el momento en que me amigué con la goma, en que me di cuenta que si tenés que borrar está todo bien. Es un vértigo borrar algo que está casi listo, pero ¿qué vas a hacer si la mano te salió medio chunga, ponele? Estoy enamorada de la goma. Sé que suena horrible jajaja, pero me encariñé y la respeto. Es tan importante como el lápiz. Yo digo "relax, te va a salir, usala nomas". Y si no me gusta un dibujo una vez que ya está terminado, chau, lo mando al purgatorio de los dibujos.
Cuando es algo por encargo trato de ser metódica con el trabajo, primero chequeo que te guste, después boceto, después te lo entinto. Y, de esa manera, achico un montón el margen de error.
Tenés un estilo muy tuyo. ¿Cómo crees que se llega a una identidad ilustrativa?
Trabajando un montón, y se puede hacer forzadamente o naturalmente. "Yo quiero que mi dibujo tenga esta nariz, que es la nariz de Frannerd, o de Vero Gatti". Si haces diez o cien dibujos con esa onda, va a ser tu estilo. Pero creo que a medida que los repetís te lo vas haciendo propio, es cómo vos haces eso que decidiste hacer. Mis dibujos tienen cuellos largos, por ejemplo, y los piecitos son como sin tobillo. Igual el estilo también va cambiando, yo creo que a cada tres años más o menos, noto una diferencia en mis dibujos.
Tus dibujos tienen mucho humor...
Puede ser. Me parece que a veces me creo más graciosa de lo que soy, me creo pilla. Tengo una cosa crítica y medio cínica. Me siento graciosa y trato siempre de descontracturar, creo que ese es el mejor lenguaje. Intencionalmente escribir mal ciertas palabras, inventar términos en spanglish o cosas así, cosas que resulten cómodas y no sean poser. No sé si es tanto humor o un lenguaje absolutamente informal.
¿Qué te suele inspirar?
La verdad que tengo la suerte de que no me cuesta inspirarme. Nunca tuve un bloqueo, o lo que sea. Hay veces que las cosas salen de donde menos espero. Ahí le agradezco a mi inconsciente porque es algo que me permite hacerle un giro interesante a lo que estoy haciendo. Hay una parte que es misterio divino pero después también está la investigación, que es lo que más te lleva. Si tengo que trabajar para una marca de pañales, por ejemplo. Yo no tengo bebés, ni me acuerdo como era cuando mis sobrinos usaban pañales. Entonces, me pongo a investigar cómo se dibuja para ese estilo, cómo se manejan, qué colores usan. Es un poco el marco que te da el cliente también. Y sí me ha pasado, y me parece bastante curioso es que en la ducha tengo unos clics. Antes me pasaba en natación también, se me ocurrían las ideas nadando.
¿Cómo definís tu Actitud Creativa?
Uh, ¡odio definirme! Pero a ver, no me voy a escapar. Yo soy muy proactiva. Se me ha alimentado muy bien salir con Martín, que es una persona con un pensamiento lateral muy fuerte, y desarrollé o adapté la posibilidad de tener siempre un plan B y un plan C. Trato de buscar la solución a las cosas. Creativa puedo ser no solo dibujando o yendo al trabajo por un camino diferente. Yo prefiero resolver. A veces caigo en el caos, obvio, pero resolver es tan más fácil cuando te das cuenta que el drama no sirve. Si no me sale algo, me digo "bueno, ya sabes, tenés que ir a caminar, pegarte una ducha, tenés que buscar revistas, buscar referencias en pinterest, dale". No me gusta andar con problemas, entonces busco las 2 o 3 vías que haya para solucionarlos.
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De chiquita me mandaron a dibujo y lo hice, creo, durante 5 años. Después, el tipo de escuela que seguíamos se volvió un poco formal y aburrido... esa cosa de jarrón, carbonilla, el dibujo que no está tan bueno cuando sos niño. Entonces abandoné, porque era más una carga que una actividad que disfrutara. Después, de grande, estudié tecnicatura audiovisuales, que es un invento medio raro, era muy abarcativa, vos podías hacer un poco de radio, un poco de tele, un poco de diseño gráfico. Para mí es una carrera insuficiente y terminé siguiendo mi formación de manera independiente, con seminarios, cursos y cosas así. Ahí me fui nutriendo la parte gráfica de la cual carecía y que me encantaba.
¿Por qué volviste a dibujar?
Martín, mi novio, hacia radio. Yo soy medio desordenada y me dije "cada vez que escuche el programa, voy a ordenar". Creo que me duró un día nomas, y el fin de semana siguiente me dije "no, en ese tiempo voy a dibujar". Veía muchos blogs extranjeros de ilustración, muchos dibujos que no era perfectos, en que no se veían cosas armónicas, eran más raras y experimentales, y eso me dejaba muy ávida de dibujar. Entonces, escuchaba el programa y dibujaba, ahí me formé el hábito. Después empecé a subir mis dibujos en flickr y a publicar en el blog. Ahí descubrí una red de blogueras, con feedbacks, comentarios, empecé a relacionarme ya como ilustradora, y de a poco me empezaron a encargar cosas.
Está buenísimo cambiar de herramienta, es algo que quiero seguir haciendo. Igual, tuve la suerte de ya haber empezado con la acuarela, que es la que menos perdona. Entonces, con la pintura, dentro de todo, es más fácil. Porque vos pintas una raya azul con acuarela y esa raya azul quedó para siempre. Con acrílico, arreglas, arreglas, arreglas, lijas, arreglas. Creo que si hubiese sido al revés no sería tan cómodo. Capaz ahí tiras más papel, y tirar más papel es frustrarse más.
A mi algo que me pareció una epifanía fue el momento en que me amigué con la goma, en que me di cuenta que si tenés que borrar está todo bien. Es un vértigo borrar algo que está casi listo, pero ¿qué vas a hacer si la mano te salió medio chunga, ponele? Estoy enamorada de la goma. Sé que suena horrible jajaja, pero me encariñé y la respeto. Es tan importante como el lápiz. Yo digo "relax, te va a salir, usala nomas". Y si no me gusta un dibujo una vez que ya está terminado, chau, lo mando al purgatorio de los dibujos.
Cuando es algo por encargo trato de ser metódica con el trabajo, primero chequeo que te guste, después boceto, después te lo entinto. Y, de esa manera, achico un montón el margen de error.
Trabajando un montón, y se puede hacer forzadamente o naturalmente. "Yo quiero que mi dibujo tenga esta nariz, que es la nariz de Frannerd, o de Vero Gatti". Si haces diez o cien dibujos con esa onda, va a ser tu estilo. Pero creo que a medida que los repetís te lo vas haciendo propio, es cómo vos haces eso que decidiste hacer. Mis dibujos tienen cuellos largos, por ejemplo, y los piecitos son como sin tobillo. Igual el estilo también va cambiando, yo creo que a cada tres años más o menos, noto una diferencia en mis dibujos.
Puede ser. Me parece que a veces me creo más graciosa de lo que soy, me creo pilla. Tengo una cosa crítica y medio cínica. Me siento graciosa y trato siempre de descontracturar, creo que ese es el mejor lenguaje. Intencionalmente escribir mal ciertas palabras, inventar términos en spanglish o cosas así, cosas que resulten cómodas y no sean poser. No sé si es tanto humor o un lenguaje absolutamente informal.
La verdad que tengo la suerte de que no me cuesta inspirarme. Nunca tuve un bloqueo, o lo que sea. Hay veces que las cosas salen de donde menos espero. Ahí le agradezco a mi inconsciente porque es algo que me permite hacerle un giro interesante a lo que estoy haciendo. Hay una parte que es misterio divino pero después también está la investigación, que es lo que más te lleva. Si tengo que trabajar para una marca de pañales, por ejemplo. Yo no tengo bebés, ni me acuerdo como era cuando mis sobrinos usaban pañales. Entonces, me pongo a investigar cómo se dibuja para ese estilo, cómo se manejan, qué colores usan. Es un poco el marco que te da el cliente también. Y sí me ha pasado, y me parece bastante curioso es que en la ducha tengo unos clics. Antes me pasaba en natación también, se me ocurrían las ideas nadando.
Uh, ¡odio definirme! Pero a ver, no me voy a escapar. Yo soy muy proactiva. Se me ha alimentado muy bien salir con Martín, que es una persona con un pensamiento lateral muy fuerte, y desarrollé o adapté la posibilidad de tener siempre un plan B y un plan C. Trato de buscar la solución a las cosas. Creativa puedo ser no solo dibujando o yendo al trabajo por un camino diferente. Yo prefiero resolver. A veces caigo en el caos, obvio, pero resolver es tan más fácil cuando te das cuenta que el drama no sirve. Si no me sale algo, me digo "bueno, ya sabes, tenés que ir a caminar, pegarte una ducha, tenés que buscar revistas, buscar referencias en pinterest, dale". No me gusta andar con problemas, entonces busco las 2 o 3 vías que haya para solucionarlos.
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