Ya sabes qué tenes que hacer
(...) Mi prima no conocía a nadie en todo este hemisferio. Ella nunca había viajado. Temía ser "demasiado grande" para cambiar su vida. Siempre había tenido cierta aversión al al riesgo y la idea de ir al otro lado del mundo era aterradora. Pero ella había estado paralizada por mucho tiempo. Se estaba ahogando en su día a día. No pudo soportarlo más. Estaba cansada de fingir felicidad.
Entonces se dio cuenta: "si no enfrento mis miedos, nunca voy a crecer."
Así que lo hizo. Ella siguió un instinto profundo e irracional que la llevó directo a este lugar. Ella planeó quedarse en Nueva Zelanda por sólo cuatro meses... Pero ahora ya está hace cuatro años. Y como ha crecido! Ella ve este océano salvaje todos los días. Ella hizo bungee en acantilados, escalada en los glaciares, rapel por las montañas y compró una casa y empezó un negocio y - lo más sorprendente de todo - ella superó el miedo de hablar en público!
(y sí... Ella también conoció y se casó con el amor de su vida aquí.)
Como Melissa me dijo hoy: " Ojalá hubiera cambiado mi vida antes, pero no tuve el valor. Siempre supe lo que tenía que hacer, pero durante años me mareaba solo por el miedo de imaginarme haciéndolo."
Esta observación me hizo pensar en todas las veces en mi vida cuando yo estaba estancada y también sabía exactamente lo que necesitaba hacer. Pero podría haberlo dilatado por años porque yo también me mareaba con solo pensarlo.
De hecho, esto me hace pensar que tal vez todos tengamos profundos instintos sobre nuestro verdadero destino - sobre lo que tenemos que hacer ahora, en este momento - pero nuestro temor e inseguridad y nuestras dudas a veces nos hacen posponerlo por años. O para siempre.
Creo que cada vez en mi vida que he dicho desesperadamente "no sé lo que debo hacer!" yo sí sabía lo que tenía que hacer. Pero tenía demasiado miedo de hacerlo.
Y entonces un día crees que ya es suficiente.
Y entonces un día vas y locamente haces lo que tenés que hacer.
Y ese es el día en que la mejor parte de tu vida comienza realmente.
"(...) My cousin didn't know anyone in this entire hemisphere. She had never before traveled. She feared she was "too old" to change her life. She had always been risk-averse, and the thought of moving across the world was terrifying. But she had been stuck for too long. She was suffocating in her day-to-day existence. She couldn't take it anymore. She was tired of faking happiness.
Then she realized: "If I don't face my fears, I will never grow."
So she did it. She followed some deep, irrational, inner instinct that led her right to this place. She planned to stay in New Zealand for only four months...but she has now stayed for four years. And holy shit, has she grown. She sees this wild ocean every day. She has bungee'd off cliffs, and climbed glaciers, and repelled down mountains, and bought a house, and started a business, and — most amazingly of all — she has conquered her fear of public speaking!
(And oh yeah...she also met and married the love of her life here.)
As Melissa told me today: "I wish I had changed my life earlier, but I didn't have the courage. I always knew what I needed to do, but for years it made me sick with fear to imagine actually doing it."
This observation made me think of all the times in my life when I was stuck, and also knew exactly what I needed to do — but I might have put it off for years, because I, too, was sick with fear about actually doing it.
In fact, it made me wonder if maybe we all have some deep inner instinct about our true destiny — about what we need to do next, at every turn — but our fear and insecurity and self-doubt sometimes makes us put it off for years. Or forever.
I do believe that every single time in my life I have ever said in desperation, "I don't know what I should do!" — in fact, I DID know what I needed to do. I was just too afraid to do it.
And then one day, you've had enough.
And then one day — you just freaking go do it.
And that's the day when the best part of your life actually begins."