Sobre viajar y escribir

¿Conocen el blog Viajando por ahí de Aniko Villaba? Ella es una viajera argentina que, hace más de siete años, recorre el mundo. Supo desde muy temprano que eso era lo que tenía que hacer y que, de alguna manera, se las arreglaría para cumplirlo.

Como Golondrina que soy debo confesar que a cada post que leo siento en las venas una inyección directa de adrenalina y estímulo. Porque ella no solo muestra paisajes hermosos. No solo te da tips de hospedaje y transporte. Ella te cuenta cómo lo hace. Te dice todo el tiempo que es posible, que se puede hacer. ¡Un vicio!

Pero, bueno, el tema es que su costado escritor también es muy fuerte y, para hablar de cosas que no se refieren específicamente a viajes, sintió que tenía que armar otro blog. De ahí vengo recién. En Escribir.me ella abre el contenido de sus cuadernos, de los blocs de notas. Abre un poco más el corazón que, sin duda, fue impactado por todo lo que ha visto en los últimos años. Como no dejan de ser dos lados de la misma persona, la viajera y la escritora, mantiene el mismo estilo de dar consejos y decir cómo se puede hacer lo que ella se propuso como modo de vida.

Me acordé que cuando empecé con los blogs tenía dos: este y uno en portugués. Tenían un perfil parecido, como le pasa a Aniko pero publicaba cosas distintas. En esa época - chequeo el perfil de blogger y me dice "desde octubre 2007" - yo aún creía que era dos personas distintas, que era muy brasilera por un lado y desesperada por ser más argentina por otro. Después, el castellano empezó a predominar mi día a día y el otro blog fue perdiendo sentido. Cuando mi parte que hablaba castellano trató de ocupar su identidad empezó a ocurrir esto... de ir dejando de vivir la vida en portugués.

Hubo una época en que leía muchísimo y escribía aún más, pero eso cuando aún vivía en Brasil, todo en portugués. Con el idioma que soñé ser escritora. Con el idioma que escribí obras de teatro que fueron actuadas en la escuela, con el que gané un concurso de redacción cuyo premio me fue dado en manos por el mismísimo Pelé. Con el idioma que cursé la facultad de periodismo y escribí mi tesis.

Me acuerdo que en los primeros años que volví acá (¡ya son casi 9!) tenía miedo de mandar mails de trabajo. Me daba vergüenza entregar los exámenes cuando cursé el CBC en la UBA. ¿Cómo explicarle al profesor de Sociedad y Estado que si escribía algo mal era por toda esta larga historia? Mismo cuando empecé a escribir este blog me costaba mucho más. Escribir y expresarme en castellano. Blogger aún no tenía el corrector ortográfico, entonces escribía en el word y pegaba el texto acá. Es el día de hoy que aún se me escapan errores, formas de expresión que en Buenos Aires no se usan. Aprendí mucho, pero me di cuenta que pasé a leer y a escribir menos después de mudarme a Argentina. Quizás por esa incomodidad, por el miedo a equivocarme, o para dar espacio a otras cosas, yo qué sé. 

Acá ya trabajé bastante como guionista de programas de televisión pero casi sin escribir. Es más lo que se llama "guionista de corte". Eso significa ver horas y horas de material grabado, seleccionar un 5% de todo y ordenarlo contando una historia. Es copado, pero no es lo mismo que escribir. El pensamiento y la idea no se construyen del mismo modo.

Creo que, de hecho, había dejado de creer que escribir es, para mi, una pasión. Y, sin que me diera cuenta, de a poco me fue agarrando una cierta tristeza inexplicable. Hasta que identifiqué que tenía algo así como creatividad acumulada. Que había algo que se apilaba adentro mío.

En diciembre del año pasado me tocó volver a trabajar como redactora. De repente, lo que yo creía que "ya no era más" me pegó un cachetazo. Me picó fuerte. En este momento, no puedo parar de escribir, no puedo parar de reflexionar sobre el placer de la escritura creativa. Sale de una este post enorme, de los que ni llegan a pasar por carpeta de borradores. Ahora mismo estoy sentada pero viajando. Un poco por culpa de Aniko. Un poco por lo que soy.
© Circo Golondrina • Theme by Maira G.