¿Te cuesta tomar decisiones?

Veo este gif y me río sola (pido perdón porque ya lo vi sin la correspondiente autoría, no sé quién lo hizo). Trato de calcular cuántas veces me pasó tal cual. En pocos segundos pierdo la cuenta. Me voy por las ramas y me pongo a pensar en cuánto me cuesta tomar ciertas decisiones.

Se me ocurre dividir mi indecisión en 2 tipos. Primero, la que no me deja elegir por una cuestión transparente de miedo, de temor: no me decido porque no me animo. Después, está la indecisión que viene porque cuesta largar, cuesta elegir una opción en lugar de la otra ya que no sé qué podría llegar a perder. 

Miro otra vez al osito rojo que se desplaza entre una fila y otra para ser atendido y no tiene éxito. Le toca mucha mala suerte, como si fuera un castigo por su falta de insistencia. Quizás, por ser medio ventajero también.

¿Existe un modo de resolver este dilema en forma de gif y no salir perdiendo? Lograr una ventaja será siempre una tentación. Por ahora van a seguir estando mercados, bancos e instituciones burócratas que producen filas, espera y ganas de estar pronto en otro lugar.

Sin embargo, si ampliamos la idea hacia otras indecisiones de la vida y el precio que pagamos por ellas, tal vez convenga actuar de otro modo. Decidirnos por un camino, sin pensar en las oportunidades que no vamos a ganar. E insistir en él para darle la chance de mostrarnos su potencial, y las miles de experiencias que jamás podríamos haber imaginado en el punto de inicio. 

Supongo.
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