Paraiso inaccesible

No sabia que estaban refaccionando el Rosedal. Asi que es primavera y el Rosedal está cerrado.
Igual, fue una experiencia interesante. Por lo menos para mi, que estoy siempre buscando vivir una experiencia interesante, un cuento fantástico.
Al llegar, estaba allí el puente blanco, impecable, escondido por un portón cerrado a candado. Y ya solo de escribir eso, me pregunto si "impecable" tendrá algo que ver con el "no-pecado". Pero bueh, sigamos.
Dando la vuelta alrededor uno puede pisar el pasto que circunda el gran jardín. Pero es casi una provocación. Porque al estar en el pasto se puede acercar al lago y, consecuentemente, ver más de cerca las rosas del otro lado.
Y por más que tengas serios problemas en los ojos, sea de no-ver o no-querer-ver, vas a notar que, aunque este siendo refaccionado, la primavera definitivamente llegó al Rosedal.
Son tantas rosas, tantos colores que no llego a decirlos. Es algo asustador.
Pero hay algo de muy curioso en toda esa belleza. Porque puedo asegurar que se veía, claramente, la paz de un paraíso. Inaccesible, en este caso.
Casi pisando el laguito, casi cayendo en la tentación de entrar sin permiso al jardín que tiene prohibida la entrada, se veian las fuentes prendidas. Y el silencio del agua que cae para volver a caer.
Cerrado para visitas pero con las fuentes prendidas!? Fue imposible no pensar que alguien anda disfrutando de ese jardín. Sobre todo porque las rosas solo se ponen tan lindas cuando saben que serán admiradas. Y que van a perfumar mucho por ahi. Bastante sospechoso.
Una señora vendía galletitas en la puerta e no me resistí en preguntar si sabia de algo sobre la reapertura del Rosedal. Ella respondió que no podría decir cuando se permitirá la entrada. Y, por como me miro a los ojos, estoy segura que la respuesta era para mi. Era personal.
Para que piense en cuanto me puede faltar para entrar a la paz del inaccesible paraíso del jardín.
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