Josefina Schargorodsky: una optimista en la vida


Josefina Schargorodsky es ilustradora y diseñadora. Se define como una optimista en la vida, y se le nota. Se le nota en la sonrisa, en los ojos, en el tono claro y despierto de su voz. Suena a un buen jugo de naranja o a un café con leche a la mañana. Lo que uno necesita para arrancar el día.

Anda de estreno en estreno. Salió recién El gato de la abuela, su primer libro álbum, editado por Tres Tigres Tristes. Ilustró Mujeres Autoras, para Fera, y Entre las hojas que cantan, una biografía de María Elena Walsh (con fecha de presentación para el 27 de octubre).

Considera que le debe un montón de su carrera a Juntas. La feria le dio libertad creativa y visibilidad. También gracias a Juntas conoció a Mechi y a Adri, de Diente de León, quienes les propusieron el proyecto del libro de María Elena. Ella se copó con la idea, con el entusiasmo de las chicas, y fue todo un éxito. Dice Jose que el libro es hermoso, que lloró cuando lo leyó. Que lo volvió a leer y lloró otra vez. Yo le creo.


Esta fue nuestra charla. Espero que la disfruten:

¿Qué recordas ir aprendiendo mientras hacías tu carrera?
Me acuerdo que lo primero que entendí en diseño fue el tema del lenguaje visual. Que ya me lo habían intentado explicar antes y no lo había entendido. Fue el primer descubrimiento, la primera ficha que cayó. Entendí que uno transmite a través de las imágenes, que uno habla con elementos visuales. Esos primeros conceptos de diseño me parecieron geniales. Y también lo que más me gustó fue la metodología del diseñador, esto de que sea un método organizado, en capas.

¿También ahí fuiste llegando a tu estilo ilustrativo?
No sé... hay constantes que yo veo a lo largo de mi vida cuanto al estilo. Creo que el tema del color, por ejemplo, fue algo que siempre me interesó. Y cuando yo estudiaba diseño me metí mucho en experimentar con los colores. Pero el estilo se fue formando más en los últimos años, y creo que sigue cambiando y evolucionando.

¿Por qué crees que fue justo en los últimos años?
Porque el estilo de dibujo lo fui logrando con la constancia. Al dibujar tanto fui encontrando la manera de resolver con la que yo me sentía cómoda. Una vez, en el taller de Monica Weiss, ella me dijo "bueno, ¿ves cómo dibujas los árboles? Así tenés que dibujar todo". Ahí entendí que era encontrar una manera de resolver todas las cosas con mi estilo. Entonces, si hoy me encargan, por ejemplo, dibujar un robot, lo que primero que hago es preguntarme cómo dibujo yo un robot. Creo que empecé a pensar al revés, empecé a entender que es cómo yo elijo dibujar las cosas.

Como si fuera una caligrafía ilustradora.
Tal cual, encontré mi tipografía.



Te iba a preguntar si crees que hay un modo para llegar al estilo proprio, pero dirás que es por ahí entonces.
Sí. Yo creo que hay que probar y dibujar. Yo probé un montón de materiales hasta que llegué a las temperas. Y cuando llegué a la tempera y encontré la manera que me gusta usar la tempera reproduje eso en el resto de los materiales. Si yo ahora pinto digital lo hago pensando si esto fuera tempera.

¿Cómo lo hacés? Contame un poco más.
La tempera a mi me gusta porque tiene un montón de limitaciones. No se puede hacer muchos sombreados, superposiciones de planos. Entonces, cuando yo trabajo digital lo hago pensando en eso. En un plano que no va a tener un sombreado arriba, porque si fuera tempera no lo tendría. 




Vos también das talleres de ilustración. ¿Qué podes compartir de tu experiencia como docente?
Como profe me gusta ser muy positiva y alentar a que se animen, a que no abandonen y terminen un dibujo. Porque siento que si das una mala crítica o sos muy estricta, sobre todo en un taller de ilustración, donde uno viene porque tiene muchas ganas, podes frustrar al alumno. Para mi es un desperdicio frustrar a una persona que está aprendiendo a dibujar. No le veo mucho sentido. Y lo que más me gusta compartir es la manera como yo hago las cosas, mi técnica. Esta es la tempera, hay muchas maneras de usarla, esta es la que uso yo.

¿Y notás alguna inquietud en común en los alumnos?
Veo un poco de ansiedad. Mucha gente en este momento quiere dedicarse a la ilustración. Es "vengo porque quiero hacer esto, quiero ser esto, quiero trabajar de eso". Y está buenísimo porque cuanto más ilustradores haya mejor nivel vamos a tener, pero por otro lado siempre digo: paciencia, sentate a dibujar, ahora estás dibujando, mañana dibujá, pasado dibujá y el camino va a ir llegando.






Siento que los ilustradores forman una linda comunidad. De tu tribu, ¿a quiénes recomendarías?
Es real, los ilustradores nos conocemos porque los que estamos trabajando no somos tantos. Mis amigos son Cynthia Alonso, Eugenia Mello, Anita Sanfelippo, Marquitos Farina. Después, de la feria Juntas, están Paci, Airam, y Pina que hace cerámicas y tiene ilustraciones muy lindas.

¿En qué crees cuando creas?
Yo creo que creo... creyendo jajaja. A ver, a mi me interesa mucho la belleza. Hay una parte de mí que lo que más le gusta es eso, que las cosas sean bellas. Lo que es la belleza para cada uno, eso ya es una discusión aparte, ¿no?, pero siempre intento que mi trabajo sea bello y que despierte una emoción en el otro. A mi me pasa esto de que veo un dibujo de una persona sonriendo y me sale una sonrisa, veo una ilustración triste y me pongo triste. Y siempre trato de ser positiva, pero porque yo soy una persona otimista en la vida. Es super pretencioso, pero es lo que yo intento. Hay gente que le gusta transmitir un mensaje, o va más por transmitir ideales, pero a mi me tira esto. Creo que las cosas bellas y el optimismo nos pueden hacer sentir mejor un rato.


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(las imágenes de las ilus son todas de su página)
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